martes, mayo 20, 2008

TrEnes MúSicA FotoGraFíA PoEsíA

TrEnes MúSicA FotoGraFíA PoEsíA:




"Recorriendo mi soledad
cada vez que escucho el tren
veo al niño que fuí
sentado en el andén esperando 'al de cuatro'.


Por aquel entonces
la premura de un mañana incierto
no inquietaba mi sueño
y la palabra Amor
no era tan terrible como hoy.


La Serpiente Luminosa
aparecía despidiendo el tronar profético
de lo que serían los latidos de mi corazón
y yo creía en todas las cosas
que los niños creen.


Los años sucedieron y me perdí
buscando respuestas a lo que era,
ahora envejecido
me encontré sentado y solo en la Via Ferrea
frente a frente a lo que soy:
un Tren en el Olvido.



Gautama Lara."

TrEnes MúSicA FotoGraFíA PoEsíA

TrEnes MúSicA FotoGraFíA PoEsíA

EL TREN DE LOS HERIDOS
Miguel Hernàndez
Silencio que naufraga en el silencio
de las bocas cerradas de la noche.
No cesa de callar ni atravesado.
Habla el lenguaje ahogado de los muertos.
Silencio.Abre caminos de algodón profundo,
amordaza las ruedas, los relojes,
detén la voz del mar, de la paloma:
emociona la noche de los sueños.
Silencio.El tren lluvioso de la sangre suelta,
el frágil tren de los que se desangran,
el silencioso, el doloroso, el pálido,
el tren callado de los sufrimientos.
Silencio.
Tren de la palidez mortal que asciende:
la palidez reviste las cabezas,
el ¡ay! la voz, el corazón la tierra,
el corazón de los que malhirieron.
Silencio.
Van derramando piernas, brazos, ojos,
van arrojando por el tren pedazos.
Pasan dejando rastros de amargura,
otra vía láctea de estelares miembros.
Silencio.
Ronco tren desmayado, envejecido:
agoniza el carbón, suspira el humo
y, maternal, la máquina suspira,
avanza como un largo desaliento.
Silencio.
Detenerse quisiera bajo un túnel
la larga madre, sollozar tendida.
No hay estaciones donde detenerse,
si no es el hospital, si no es el pecho.
Silencio.
Para vivir, con un pedazo basta:
en un rincón de carne cabe un hombre.
Un dedo solo, un solo trozo de ala
alza el vuelo total de todo un cuerpo.
Silencio.
Detened ese tren agonizante
que nunca acaba de cruzar la noche.
Y se queda descalzo hasta el caballo,
y enarena los cascos y el aliento.
EL HOMBRE ACECHA(1937-1939)