AL HERMANO PEQUEÑO
Fran, el hermano pequeño,
el amigo en fuga,
el apasionado impenitente.
Regresos y mas regresos
nos hacen nomadas
y guardada por la ceniza
nos precede la lumbre.
Y así crece y crece
la ALDEA DEL CORAZÓN,
imparable y rica,
bajo la eternidad instantánea,
que el recuerdo y el olvido,
incapaces sucumben,
a la intachable ausencia.
(Un abrazo imposible que las últimas palabras tejen
infinitamente).
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