jueves, septiembre 14, 2006


GEORG TRAKL Noche de invierno Cuando la nieve cae en la ventana y tañe lenta la campana vespertina, está puesta la mesa para muchos, preparada la casa. Por oscuros senderos llega algún caminante hasta la puerta. Dorado florece el árbol de los dones con la savia fresca de la tierra. En silencio el viajero entra en la casa. El dolor petrifica el umbral; pero en la mesa en una halo de luz inmaculada brillan el pan y el vino.


LOS HUESOS MONDOS Y LIRONDOS DE LAS PIEDRAS FLOTAN SOBRE EL ESTIERCOL DE LOS ASESINOS.EL CORAZON DEL LOBO GUARDA LA ESTUPIDEZ DEL INCEDIARIO.OJOS BORROSOS PARA PERDER LA CALMA.OJOS EMPAPADOS ENTRE LOS BARROTES DE SUS DEDOS.OJOS LLUVIOSOS COMO UNA PROMESA DE JUSTICIA, PERDER EL TIEMPO, RECOGER LOS PASOS ENTRE LOS TIZONES, DAR RODEOS EN LA ESPESURA DE TANTA MISERIA.

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